Café 1857: crónica de un Edén en Chinchiná

Nacido en tierras con historia cafetera, Café 1857 lleva el sabor de Chinchiná al mundo, combinando tradición, sostenibilidad y turismo rural desde Caldas.

Juan Armando Rojas

7/15/20252 min read

Cuenta la historia que hace 168 años, en plena colonización antioqueña, un grupo de agricultores desplazados por la fiebre del oro fundaron un caserío bajo el nombre de San Francisco de Paula, en los mismos predios de una de las provincias conquistadas a sangre y fuego por el militar español, Jorge Robledo. Sus habitantes, familias pacíficas y agricultoras, se dedicaban a cultivar maíz, fríjol y plátano.

Pocos años después, a esas mismas tierras habría de llegar el milagro económico que cambió para siempre los destinos de lo que hoy se conoce como Chinchiná, del Departamento de Caldas y del país entero: el café.

Su nombre rinde homenaje al Cacique Chinchiná, que en lenguaje Quimbaya traduce “río de oro” dando identidad a una región paradisiaca, que actualmente se precia de producir uno de los mejores cafés.

Hoy, siglo y medio después, los descendientes de esta noble estirpe siguen escribiendo una historia onírica. Tuvo que pasar todo este tiempo para que el Café 1857 de Chinchiná Caldas llegara hasta Agroexpo 2025 en Corferias y se convirtiera en protagonista del evento más importante del sector agropecuario en Latinoamérica.

“La marca 1857 hace alusión precisamente al año en que se fundó Chinchiná”, explica la joven caficultora y expositora de este producto en Agroexpo 2025, Jessica Gómez, quien en diálogo con Economía & Bolsillo relata cómo se gestó desde hace 15 años este exitoso emprendimiento, que ya se está exportando a EE.UU y Arabia Saudita.

“Somos una asociación de pequeños caficultores que, bajo un modelo colaborativo, ayudamos a procesar el grano, proporcionando además oportunidades de empleo a los recolectores, a madres cabeza de familia y ayudándoles a salir adelante”, explica.

Tanta historia y belleza paisajística en un solo municipio, resultó ser la combinación perfecta para iniciar un modelo de negocio, que ahora busca convertir la actividad de producción de cafés excelsos, exóticos y de alta calidad, en un atractivo turístico de talla mundial.

“Estamos iniciando además un proyecto de turismo. Queremos que cada vez más personas visiten Chinchiná, que es un pueblo turístico y ya tenemos en un 80% desarrollado un hospedaje, en el que se brindará la oportunidad a los visitantes de conocer y aprender todo el proceso de producción del café, iniciando con los recolectores, pasando por la trilla y el secado hasta llegar a la tostión”, explica Jessica Gómez.

El cultivo está localizado en la Finca Buenos Aires, vereda Campo Alegre Guayabal, de Chinchiná. Estratégicamente ubicada, se puede llegar fácilmente desde Manizales o Pereira, por la Autopista del Café.

Este lugar ofrecerá una experiencia única, en la que el visitante podrá experimentar y palpar todo el proceso de la caficultura, desde la semilla hasta la bebida lista, con la posibilidad de disfrutar una taza con uno de los mejores cafés que ha dado esta tierra privilegiada.

“Vivir esa bonita experiencia es poder entender y valorar el trabajo arduo de esas familias, de esas mujeres y de esos jóvenes que adelantan tareas en un cultivo que, además, es orgánico, libre de fungicidas y agroquímicos. Siempre pensamos en la salud de nuestros caficultores”, comenta Jessica Gómez.

“Bajaste del puro cielo tú, mi Chinchiná querido, mis abuelos te trajeron envuelto en un poncho indio, poncho que llevo en el alma con devoción y cariño…”, dicen las primeras estrofas del himno de este municipio, en el que el tiempo parece que se detuvo, para ofrecer la oportunidad de conocer un pedacito de Edén en el Departamento de Caldas.